Pirulo de tapa

Pirulo de tapa

Besos apasionados, manos que recorren el cuerpo... y una interrupción: las preliminares del acto sexual se interrumpen para que un integrante de la pareja tome el teléfono, abra una aplicación y ponga su firma digital bajo la frase “sí quiero” antes de continuar. Desde ayer, en Suecia rige la ley que obliga a dar el consentimiento explícito para tener sexo. La norma se basa en el principio de que las relaciones íntimas deben ser libres y que los involucrados deben expresar fehacientemente su acuerdo, sea de forma verbal o no verbal. Cualquier otra cosa será considerada violación, incluso sin que haya resistencia física o un explícito “no”. La pasividad ya no podrá interpretarse como un consentimiento silencioso.

Tu navegador tiene deshabilitado el uso de Cookies. Algunas funcionalidades de Página/12 necesitan que lo habilites para funcionar. Si no sabés como hacerlo hacé CLICK AQUÍ